miércoles, 8 de febrero de 2012

Y EL ELEGIDO FUE RUBALCABA

Después de un proceso precongresual, bastante convulso, donde faltaron las ideas, y sobraron los  personalismos,   finalmente  resultó menos abierto de lo esperado con la elección de Alfredo Pérez Rubalcaba como nuevo secretario general del PSOE, apoyado por gran parte del aparato, el felipismo y los reductos del guerrismo.

Este congreso no dejaba  de ser una segunda vuelta de aquellas primarias que nunca llegaron a celebrarse para la elección de la candidatura a la presidencia del gobierno por la renuncia forzada de Chacón a presentarse. Al final la vieja guardia derrotada en el congreso del 2000  se tomo la revancha  de manos de Rubalcaba.
Una apuesta, la de Rubalcaba,  dicen menos arriesgada que la de Chacón, pero también más inmovilista y muy desmotivadora para el votante de izquierda. Llama extraordinariamente la atención que con un resultado tan desolador, Rubalcaba primero diera el paso para presentarse y después ganara el Congreso. De los muchos problemas que tiene planteados el PSOE el principal es el de la credibilidad, y no parece que un secretario general vinculado a Zapatero, y al Felipismo  sea una apuesta tan segura. Más bien al contrario, la imagen de vuelta al Felipismo, como si nos desplazáramos en el túnel del tiempo, es suficientemente esclarecedora de los movimientos más inmovilistas por cerrar el paso a cualquier renovación por pequeña que esta fuera. Más bien al contrario, se ha vuelto a utilizar el poder orgánico para perpetuarse en el poder, y que nada se mueva en esta partidocracia asimétrica, que hace oídos sordos a la indignación y las demandas de reformas  de movimientos ciudadanos como el 15–M.

Pero además el congreso plantea grandes interrogantes, el primero es la interinidad del liderazgo, puesto de manifiesto en al anuncio de que el futuro candidato del PSOE será elegido por primarias a la francesa. Parece que se ha querido ganar tiempo  para frenar la candidatura de Carmen Chacon  y dar tiempo a que  otros candidatos  en el futuro puedan dar  la batalla  como Emiliano Garcia-Page,  Pachi Lopez o  Eduardo medina, sin descartar que Rubalcaba también lo haga emulando a Mariano Rajoy si las condiciones y  el contexto político lo permitieran.

En cualquier caso, al partido socialista se enfrenta a  una situación muy complicada. En el corto plazo  deberá afrontar unas elecciones andaluces , asturianas,  donde especialmente en Andalucía pintan bastos, y más aun con la fuerte división interna. Además deberá afrontar el rearme ideológico  y  del propio partido  que ha quedado sin apenas poder institucional  por la pérdida de la mayoría de comunidades autónomas y Ayuntamientos lo que dificulta la labor de oposición y de articulación de una alternativa clara de gobierno, frente a una derecha cuyo poder es absoluto.

En este contexto adverso  el mayor desafío ante el que se encuentra la famalia socialista  es si el PSOE va ser capaz de recuperar parte de la confianza perdida y mantener la hegemonía en la izquierda política. En este momentos no está clara si la división  producida en el último congreso se traducirá en el futuro en  algún tipo de  fractura, o si Izquierda Unida y demás  partidos de la izquierda minoritaria,  por la izquierda y UPD por la derecha  van a seguir creciendo electoral y socialmente a consta del derrumbe del  PSOE. De momento tanto para ellos como para el Partido Popular la elección de Rubalcaba es una muy buena noticia.

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