Reflexiones sobre una economia globalizada
Al hilo de las consecuencias traumáticas de las crisis financiera Internacional, especialmente, en cuanto al coste social y destrozo del ya adelgazado “estado del bienestar”, la primera reflexión me lleva a poner de relieve los efectos perversos de la globalización neoliberal, muy especialmente en cuanto a la plena liberalización en el movimiento de capitales y al poder absoluto de los especuladores que suplanta de hecho al poder de los estados; esto además deriva en un problema de legitimidad democrática en aquellos regímenes que se autodefinen, al menos formalmente, como estados sociales y de derecho.
Desde mi modesta apreciación, es una clara victoria del liberalismo “salvaje” de siglo XVIII, maquillado pero que ha venido reinventándose en el nuevo ultra liberalismo que impera en los últimos 30 años y nos ha llevado a esta situación. Desde la llegada de Reagan a la presidencia de EE.UU. y Margaret Thatcher en Reino Unido e incluso antes, se producido un desmantelamiento del Estado, y una desregulación de la actividad económica.
En este sentido las últimas crisis, parecen más “una voladura controlada” del sistema en el que los poderes facticos económicos han ido tomando posiciones y donde se ha ido acrecentado más su poder real. Las diferencias sociales y económicas de una muy reducida elite con el resto se han ido acrecentando de manera exponencial. La primera gran crisis de los 70 sirvió para desterrar las políticas Keynesianas, y con ello el Estado del Bienestar y pasar a esta “dictadura” de la ortodoxia económica y el ultra liberalismo globalizado”.
Desde hace décadas, algunos economistas ya alertaban de la necesidad de regulación de los mercados financieros, y de una gobernanza económica global. Sin embargo, ni esta crisis ha servido para poner orden en esta especie de régimen impuesto por los especuladores, de los grandes multinacionales, y los centros del poder financiero. A pesar de las leyes económicas, que en esta crisis han demostrado su irracionalidad y ineficiencia, los causantes de las crisis, siguen haciendo grandes negocios, mientras la mayoría de los ciudadanos sigue siendo los paganos de la crisis. Es lo que se ha venido en llamar la “socialización de las perdidas”.
En la cumbre del liberalismo, y por la administración más desreguladora hemos visto como la América de George W. Bush nacionalizaba los bancos, con el dinero de todos los americanos sin que los responsables hayan pagado por sus “fechoría”; por la estafa mancomunal de las hipotecas subprime que más bien parece el timo de la estampita revestida de “sofisticada ingeniería financiera”.
Los mismos que campan a sus anchas por los “chiringuitos financieros”, no solo van a salir más ricos de esta crisis, sino que tres años después en 2010 siguen con los mismos movimientos especulativos, contra el Euro y el mercado de bonos etc. Su objetivo seguir enriqueciendo a espuertas haciendo pagar más a los estados por el interés de su deuda pública, deuda que han acumulado en parte por salir al rescate del sistema financiero cuando estaba a punto de hacer Crack y con él todo el sistema capitalista. Y ese enriquecimiento ilícito jugando con el papel, sin arriesgar un solo euro en la economía real, se hace a costa del empobreciendo de la sociedad, de los sufrimientos de parados, pensionistas, trabajadores y de cuantas medidas de recorte del gasto publico ponen a la sociedades al borde del colapso.
Si como cabria esperar tras la crisis, las políticas keynesianas podrían instaurarse en la Política Económica, su paso ha resultado muy efímero; lo indispensable para salir al rescate del Mercado Financiero. Una vez que se ha producido una leve recuperación, la ortodoxia económica y el neoliberalismo reafirman sus posiciones. El Estado del Bienestar en la vieja Europa está bajo mínimos, apenas quedan gobiernos socialdemócratas, totalmente desorientados e incapaces de ofrecer Alternativas Progresista y de Izquierda. Mas bien al contrario aplican las mismas recetas neoliberales, atizando el miedo que en forma de parados inmoviliza una sociedad que asume con resignación los recortes como unica alternativa posible; haciendo añicos los principios democraticos que asientan nuestros sistemas politicos.
¿Ha puesto, entonces, La CRISIS sobre la mesa, no solo la quiebra del Estado social, sino tambien El poder Limitado, mas bien de plastilina de los estados nación frente a las Grandes Corporaciones y al Verdadero Poder Económico y Financiero, emergente en la actual Globalización?
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