Nuevamente la flamante senadora del partido popular Marta Domínguez ha
vuelto a la actualidad, no precisamente por su ingente actividad en el Senado de la que no se
la conoce ninguna intervención relevante, sino por sus affaire en las cloacas de la política.
En esta ocasión es el Partido de Castilla y León el que denuncia los privilegios de los familiares de Marta Domínguez en la concesión de comisiones de servicio en
la función pública docente de Catilla y León a favor de Nuria Domínguez,
hermana de la deportista y Diego Bercianos, marido de la también senadora del
PP. Esta situación no es nueva, era sobradamente
conocida entre en el mundillo docente, pero según indica en PCAL, las presiones
a la Junta de Castilla y León para mantener estos privilegios se ha acrecentado desde que Marta
Dominguez es senadora.
El clientelismo, los tratos de favor, y el nepotismo es un cáncer que
corroe nuestra administración pública, pero aún es más escandaloso en esta
época de crisis, en donde los poderes públicos
nos exigen que nos apretemos el cinturón y donde la actuación de los
responsables debiera ser ejemplar. Llama poderosamente la atención que desde la Junta de Castilla y León
no se hayan dado explicaciones y que hasta ahora ningún grupo político
con representación en el parlamento autonómico haya exigido explicaciones al
Consejero de Educación, siendo conocido esta situación que viene arrastrándose desde
hace varios años.
Punto y parte es la doble vara de medir del Partido Popular, que conociendo esta y otras situaciones
presentó a Marta Domínguez con bombo y plantillo al Senado, con anuncio tuitero
del propio Mariano Rajoy incluido. ¿Esta es la ejemplaridad del Partido Popular de Mariano Rajoy presentar al Senado una candidata que defraudó a la Hacienda publica más de 250.000€ en los años 2006,2007 y 2009? Como es conocido y de acuerdo al
auto de la juez que acordó el sobreseimiento
provisional de la causa por delito fiscal de la operacion galgo, se calificó la acción de Marta Domínguez
como constitutiva de una reprochable infracción
tributaria, pero no delito fiscal al no superar la defraudación a la Hacienda Pública
los 120.000 € por ejercicio fiscal. En
este sentido el auto señalaba que la atleta disponía
tres cuentas no declaradas en paraísos fiscales una en Andorra y dos en Mónaco, correspondientes a los años 2006 (108.515 €), 2007 (99.413,21 €) y 2009
(42857 €). De hecho meses después, Marta
Dominguez tras saltar a la opinión pública
la operación Galgo, en febrero de 2011 regularizó estas cantidades con una declaración
complementaria ante la Hacienda pública.
Durante muchos años, Marta Domínguez ha contado con la aprobación y
reconocimiento de los palentinos.
Esto la ha llevado a un endiosamiento aupada por la mediocridad de unos políticos
palmeros tanto del PP como del PSOE que han posado junto a ella en
busca de réditos políticos. Ella como nadie
ha sabido moverse a la perfección por las revueltas aguas del oportunismo político,
y sacar rédito de su paso por la política.
El penúltimo episodio protagonizado por la senadora a raíz de la tan traída y llevada estatua de
bronce, en mi opinión fue un tremendo error que la ha alejado un poquito más
de la realidad. Quedan ya lejos aquellos
tiempos de adhesiones inquebrantables. Pero si esa polémica tuvo algo de
positivo para Palencia es que hayamos visto "públicamente" y sin
ambages la arrogancia de un personaje que hasta ahora ha sabido moverse como
pez en el agua en medio de las corrientes insalubres de unos políticos
oportunistas. Su salida de tono además
de una falta de sensibilidad artística puso de manifiesto una falta de respeto
a los palentinos que la han dedicado, una calle, un pabellón y recientemente
una esfinge en mi opinión inmerecida. Resulta obsceno que mientras hayamos gastados
miles de euros en un busto al
endiosamiento e inmortalidad de este personaje, las políticas sociales han recibido un brusco tijeretazo como la gestión del Espacio Joven, los despidos de la Agencia de
Desarrollo Económico y otros recortes que pudieran venir en el futuro como la gestión entre otros del cementerio municipal o
las escuelas infantiles.
Vistos los antecedentes, es exigible a los
cargos públicos un grado exquisito de ejemplaridad en la gestión pública.
Es el propio Partido Popular el que debería pedir explicaciones a su senadora y
ser especialmente beligerante con la corrupción política y las situaciones de
amiguismo y despotismo, de los suyos y de los contrarios, teniendo la misma vara de medir. Debe ponerse coto al uso y abuso de comisiones de
servicios y otras figuras como la libre designación para “privilegiar” a
determinadas personas en detrimento de los principios de
merito y capacidad y debe especialmente dignificarse la acción política y
combatir a quienes en lugar de servir a la política se sirven de ella; Porque no basta con que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo”.
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